Déficit de Yodo en el embarazo e infancia

Déficit de Yodo

La OMS considera el déficit de yodo "la única causa evitable más importante de lesión cerebral" en todo el mundo1. Aunque se piense que el déficit de yodo es, en muchas ocasiones, un problema de los países en desarrollo, los países industrializados no son inmunes2.

En el embarazo e infancia

Durante el embarazo, para alcanzar el 50% del aumento en los requisitos de yodo materno, las mujeres pueden recurrir a las reservas significativas de yodo del organismo3,4,5. Sin embargo, en las áreas con déficit de yodo crónico, las mujeres comienzan el embarazo con las reservas de yodo ya agotadas. Con poco yodo tiroideo para atender la creciente necesidad materna de yodo, pueden producirse modificaciones patológicas - bocio e hipotiroidismo - y afectar negativamente a la salud materna y fetal.

El déficit de yodo condiciona un hipotiroidismo materno y fetal combinado: sin la ingesta adecuada de yodo materno, el feto y la madre tienen hipotiroidismo, y si no se suministra un suplemento de yodo, el niño puede desarrollar cretinismo; con retraso mental, oligofrenia y espasticidad a semejanza del hipotiroidismo congénito1,2,6,7.



En el mundo

El yodo es un constituyente básico, imprescindible para la síntesis de hormonas tiroideas y su deficiencia, cuando es significativa, provoca la aparición de bocio endémico, situación que aún afecta a cerca de dos millones de personas en el mundo8,9.

La Organización Mundial de la Salud estimó en 1990 que 20 millones de personas sufrían algún grado de daño cerebral como consecuencia de un déficit de yodo producido durante su vida fetal. El déficit endémico de yodo continúa siendo un problema grave de salud pública en distintas partes del mundo, incluyendo muchas áreas en Europa, Asia, África y América del Sur. En áreas de déficit grave, un gran porcentaje de la población adulta puede presentar bocio. En dichas situaciones, el cretinismo puede ocurrir entre el 5 y el 10% de la descendencia, y tal vez cinco veces más niños tendrán retraso mental ligero. Éste es un problema serio, nefasto y, sobre todo, evitable10,11,12.

Sin embargo existen déficits en la población europea

Se estima que el aporte de yodo es insuficiente en cerca del 45% de la población europea, y son innumerables los estudios que muestran un déficit de yodo en las zonas en que no se realiza la profilaxis de yodo13-16. La cercanía del mar no impide el déficit de yodo, como fue recientemente demostrado en un estudio transversal llevado a cabo en 737 niñas estudiantes en las islas británicas, en el que se obtuvo una yoduria media de 80,1 µg/L9,17.

En un estudio más reciente realizado a la población inglesa en el que 958 mujeres fueron analizadas, la yoduria media era de 91,1 µg/L (IQR 53,8-143; ratio yodo/creatinina 110 µg/g, IQR 74-170), clasificando este grupo con un déficit de leve a moderado de yodo7.

Seiscientas cuarenta y seis (67%) de las mujeres tenían un ratio inferior a 150 µg/g, indicando una ingesta insuficiente de yodo.

Estudios en mujeres embarazadas realizados en España también apuntan hacia una ingesta inadecuada de yodo: en 112 mujeres embarazadas en Madrid, solamente el 30,4% presentaron valores adecuados18; en Galicia, en un estudio con 400 mujeres, entre el 61 y el 87% presentaban valores inferiores a 150 µg/L, de acuerdo con la provincia de estudio19; en Extremadura20, en un estudio que incluyó 761 mujeres, se concluyó que seis de cada diez mujeres ingirieron menos de la cantidad recomendada de yodo (250 µg/día).

En Bélgica, un estudio de 2.000 mujeres en Bruselas21, mostró que el 56% tenía un valor UI medio por debajo de 40 µg/L, y solamente el 10% entre 81 y 160 µg/L.

Un estudio reciente en el sur de Francia, con 330 gestantes en el tercer trimestre del embarazo, indica un valor UI medio de 64 µg/L22. Estudios realizados en otros países europeos también están de acuerdo con estos datos13,23, apuntando hacia una ingesta de yodo insuficiente en las mujeres embarazadas de distintas partes de Europa24.


1.- World Health Organization, United Nations Children’s Fund, International Council for the Control of Iodine Deficiency Disorders. Assessment of iodine deficiency disorders and monitoring their elimination. 2007. 3rd ed. Geneva: WHO
2.- Andersson M, Karumbunathan V, Zimmermann MB. Global iodine status in 2011 and trends over the past decade. J Nutr 2012;142: 744-50.
3.- Glinoer D. The regulation of thyroid function in pregnancy: pathways of endocrine adaptation from physiology to pathology. Endocr Rev 1997;18:404-33
4.- Zimmermann MB 2009 Iodine deficiency in pregnancy and the effects of maternal iodine supplementation on the offspring: a review. Am J Clin Nutr. 2009; 89:668S-672S.
5.- Elnagar B, Eltom A, Wide L, Gebre-Medhin M, Karlsson FA Iodine status, thyroid function and pregnancy: study of Swedish and Sudanese women. Eur J Clin Nutr. 1998; 52:351-5.
6.- Lopes MS, Castro JJ, Marcelino M et al. Iodine and thyroid: what a clinic should know. Acta Med Port. 2012;25(3):174-8.
7.- Bath SC, Steer CD, Golding J, Emmett P, Rayman MP. Effect of inadequate iodine status in UK pregnant women on cognitive outcomes in their children: results from the Avon Longitudinal Study of Parents and Children (ALSPAC). Lancet. 2013; 382: 331-7.
8.-  Zimmermann MB. Iodine deficiency. Endocr Rev 2009; 30(4): 376-408.
9.-  Limbert E, Prazeres S, Madureira D et al. Aporte do iodo nas  Regiões Autónomas da Madeira e dos Açores. Rev Port Endocrinol Diabetes Metab. 2012;7(2): 2-7
10.- Delange F. Iodine deficiency in Europe. Cas Lek Cesk. 1995; 134(2):35-43.
11.-  Andersson, M. et al. Iodine deficiency in Europe. A continuing  public health problem. World Health Organization. 2007.
12.- Haddow JE, Palomaki GE, Allan WC, et al: Maternal thyroid  deficiency during pregnancy and subsequent neuropsychological development of the child. New Eng J Med. 1999;341:549-55.
13.-  Pedersen KM, Laurberg P, Iversen E, et al. Amelioration of some pregnancy-associated variations in thyroid function by iodine supple-mentation. J Clin Endocrinol Metab 1993;77:1078-83
14.-  Diaz-Corniga FJ, Delgado Alvarez E. Implicaçoes clinico terapêuticas de deficiência de iodo em Espanha. Endocrinol Nutr. 2005;53:101-6.
15.-  Vitti P, Delange F, Pinchera A, Zimmermann M, Dunn JT. Europe is iodine deficient. Lancet. 2003;361:1226
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17.- Vanderpump MP, Lazarus JH, Smyth P, Laurberg P, Holder RL, Boelaert K, et al. Iodine status of UK schoolgirls: a cross-sectional survey. Lancet. 2011;377:2007-12.
18.- Almodóvar RF, Martínez JJ, Vargas ML, Valenciano FC, García SV & Candil SD. Deficit de yodo en una población de mujeres embarazadas pertenecientes a un área con leve deficiencia de yodo. Endocrinologıa y Nutricion 2006;53:577-81.
19.-  Díaz-Codorniga FJ & Delgado Álvarez E. Déficit de yodo en España: situación actual. Endocrinologıa y Nutricion 2004; 51: 2-13.
20.- Sánchez-Vega J, del Rey FE, Farinas-Seijas H & de Escobar GM. Inadequate iodine nutrition of pregnant women from Extremadura (Spain). European Journal of Endocrinology 2008; 159:439-45.
21.- Glinoer D, De Nayer P, Delange F, et al. A randomized trial for the treatment of mild iodine deficiency during pregnancy: maternal and neonatal effects. J Clin Endocrinol Metab 1995;80:258-69
22.-  Hieronimus S, Bec-Roche M, Ferrari P, et al. Iodine status and thyroid function of 330 pregnant women from Nice area assessed during the second part of pregnancy. Annales d’Endocrinologie 2009; 70:218-24
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24.- Limbert E, Prazeres S, Sao Pedro M, et al. Iodine intake in Portuguese pregnant women: results of a countrywide study. Eur J Endocrinol. 2010;163:631-5.

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